- Mar, 20 Feb 2007, 09:04
#110090
Parece muy difícil...porque lo es, pero lo primero primerito es cambiar el chip. Hay que convencerse de que tu hijo NO PUEDE EVITAR NEGARSE A TODO. es así, está "programado" para afirmar su propia individualidad mediante un no a todo. Y lo primero que tiene que hacer es empezar con vosotros, y sobre todo con su madre. Será un no constante a tí. A veces acompañado de tortazos.
Te diré cómo lo hice yo en la última crisis gorda (esperando estoy la siguiente, porque esto va y viene):

Leer todos los artículos de Educar con cariño. En especial te recomiendo, por la edad, el de rosa jové. "quiéreme cuando menos me lo merezca porque será cuando más te necesite". A tu hijo le cuesta mucho esta situación. Sois lo que más quiere en este mundo. POr eso, en esta fase de oposición sufren de verdad.

No enfadarme, no gritarle, no estar nerviosa, dejarme llevar. A veces nos empeñamos en hacer determinadas cosas por la tardes (hablo de mí) en llegar a tal sitio a tal hora, eso nos estraesa, porque los niños andan lentos, en círculos, ven una hormiga y quieren espachurrarla...déjate llevar, que tu hijo imponga el ritmo y las acividades. Te sientas junto a él a ver qué te propone hacer.

Nuestra capacidad de afrontar estas situaciones con paciencia y tranquilidad hará que tu hijo , poco a poco, se vaya relajando. Le transmitimos tanto nuestros nervios como nuestra tranquilidad.

Cuando esté en plena crisis, de revoleo d eplatos, de comida, tirando juguetes...pues s ele explica que eso nos e hace, Bien seria, pero sin gritar ni regañar. Yo muestro mi disgusto, le digo que eso no es así, recojo la comida o los juguetes. Si veo que persiste, me siento, espero a que pase la tormenta. Luego, lo que suele suceder es que julio se echa a llorar. Yo lo abrazo, le digo que le entiendo, que lo quiero mucho, pero que tengo que decirle las cosas que no están bien.

No le digas nunca a tu hijo que es malo, descalifica su conducta, nunca su persona.

Préstale mucha atención cuando sea bueno. A veces no nos damos cuenta y, cuando están tranquilos y jugando, nosotras aprovechamos para hacer otras cosas. Entonces él ve que, cuando se porta mal, sus padres están ahí. Que no os tenga que reclamar a base de rabietas.

Para pegar, ya sabes, parar el brazo, decir un no se pega rotundo

hablar en positivo (anda más despacio en lugar de no corras)
Mamá de JULIO (3/12/2004)
