Por fin le salieron dos dientitos de abajo y claro la picazón que tuvo fue mucha pero a eso se le juntó que el pobrecito no podía hacer bien pipí. Al principio creíamos que eran los dientes pero al ver que los gritos eran muchos fuimos al pediatra, y luego al cirujano pediatra y luego a otro. En fin, que para no haceros el cuento largo, terminamos el sábado haciendole la circuncisiòn, porque el pobre no podía orinar. No nos gustaba la idea y por eso vimos a varios médicos pero todos dijeron lo mismo. Y claro, tampoco era plan de esperar más tiempo. El niño fue un valiente. De verdad que lo entienden todo. Tenía que estar en ayunas y yo le doy pecho a demanda. Le expliqué al bebé que le ibamos a curar y que no le podía dar teta y aguantó casi sin llorar las 6 horas. Tampoco lloró en el quirófano y se despertó sonriendo y pidiendo teta. El cirujano me dijo que le llevara juguito para que tomara, pero Antelmo no sabe coger un biberón así que yo llevé mis tetas

Bueno, y a parte de esa aventura ya ha empezado a gatear por toda la casa y a levantarse apoyado en los muebles.
Y claro su hermana chipil o sea, celosilla porque su hermano estaba malito y a la vez angustiada por lo mismo. Vamos que no sabía si reir o llorar y claro se despertó más veces que de costumbre.
En fiin, que como véis han sido unos días muy moviditos. Y el sueño, mejorando poco a poco porque con tantas emociones... no me extraña que le cueste dormir