- Sab, 04 Feb 2012, 10:52
#402804
Trucos en realidad pocos, es una etapa y es necesario que pase.
En mi opinión, es ante todo importante entender por qué ocurre, y es mucho más efectivo intentar evitar la rabieta antes de que se produzca que pararla cuando ya ha empezado.
Ante todo, alrededor de los 2 años los niños atraviesan una fase en la que necesitan afirmar su personalidad, han descubierto que son una personita aparte y no una extensión de mamá, y a menudo la forma más rápida de afirmarse es diciendo que
no a todo.
Consejos para minimizar los daños, por decirlo de algún modo:

Antes de decir
no, es buena idea preguntarse si lo que está pidiendo es realmente tan descabellado. Evidentemente, si lo que quiere es peligroso o dañino, habrá que prohibirlo (ver siguientes puntos), pero si lo que quiere es jugar un rato más, merendar pera en vez de manzana o ponerse la camiseta que él quiere en vez de la que tú has elegido, en mi opinión no pasa nada por ceder. A mí me funcionaba bastante bien lo de hacer tratos:
te dejo 5 minutos más de juego (o hasta que acabes lo que estás haciendo) y luego nos bañamos, y le iba avisando (
quedan 4 minutos, 3, 2...); dejarle elegir en la medida de lo posible:
hace frío y hay que llevar bufanda, ¿prefieres la azul o la roja? 
Rediseñar la casa a medida de bebé: lo que sea frágil, valioso, lo que no queréis que toque, fuera de su alcance. Tapar enchufes, forrar esquinas de mesas y demás muebles, restringir el acceso a ventanas y terrazas, apartar detergentes, cuchillos etc., de este modo al haber menos "tentaciones" también se reducirán los pulsos.

Cuando realmente hay que decir que
no, es importante validar sus sentimientos. Aunque se lo expliquemos, es posible que considere nuestra negativa una injusticia. Si se enrabieta, es mejor estar a su lado, explicarle las veces que haga falta por qué no puede ser, intentar distraerle con otra cosa, ofrecerle alternativas aceptables a lo que ha pedido. Si la rabieta es "contundente", si intenta pegar, morder o romper algo, es buena idea abrazarle, para que esté "inmovilizado" y al mismo tiempo note el cariño. Cuando se le pasa, es buena idea volverle a explicar las cosas y pactar una alternativa para la próxima vez.

Los cachetes no se deben utilizar
nunca. Si partimos de la base de que está intentando afirmar su independencia, aunque a veces lo que pide no sea adecuado, veremos que la reacción es desproporcionada. Los cachetes no educan, no enseñan, no son efectivos a corto ni a largo plazo, lo único que se consigue es distanciarnos del niño y que en un futuro haga las cosas a escondidas. No lo digo para hacerte sentir peor, sino porque es peligrosísimo entrar en esa dinámica (cuando un cachete deja de ser efectivo se prueba con dos y así sucesivamente), y el primer paso para no hacerlo es llamar a las cosas por su nombre. Un cachete es maltrato, y como lo que se pretende es llegar a un acuerdo, es buena idea evitar que la tensión se acumule, verbalizando por ejemplo:
ahora voy a tranquilizarme un ratito porque necesito serenarme y estoy a punto de perder la paciencia. Si ves que estás a punto de explotar, sal de la habitación, respira hondo, toma un vaso de agua, relájate como sea y cuando estés más tranquila vuelve.

Lo de tu marido es más difícil, si educar a un niño de dos años es un reto, imagínate a un adulto

. Ahora en serio, a mí también me educaron “como todos” y la verdad es que eso me ha ayudado a decidir lo que
no quiero hacer con mis hijos. Si le gusta leer, existen muchos libros sobre el tema, personalmente te recomendaría
Bésame mucho de Carlos González y
La crianza feliz de Rosa Jové. Seguro que las compis pueden recomendarte otros libros interesantes

.

Si lo de leer no lo ves factible, yo le explicaría que educar es un trabajo a larguísimo plazo. Tarde o temprano recogerás lo que has sembrado, pero es posible que los resultados de lo que se hace ahora lleguen dentro de meses o años. Las rabietas son, como dije antes, una etapa evolutiva, las habrá y las seguirá habiendo hagáis lo que hagáis. La diferencia es que aunque no lo parezca, vuestra actitud supone un aprendizaje para el niño, y el día de mañana aprenderá a solucionar los conflictos del mismo modo en que os ve resolverlos. Se le puede enseñar a escuchar, a dialogar, a ceder y a negociar; o bien, se le puede enseñar que el que tiene la razón es el que grita más alto o pega más fuerte.
Besos.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim

