
Ayer no paró de llover en Pamplona (bueno, como en casi toda España) en todo el día así que cuando recogí a Pablo de la guarde nos vinimos directos a casa, sin poder ir al parque ni nada por el estilo.
Yo ya me imaginaba que sería una tarde dura, porque a Pablo lo de estar sin salir a correr y desfogarse por la calle como que le pone como una moto... así que de pronto se me ocurrio la idea de las pinturas de dedos que habíamos comprado el sábado.... UNA HORA¡¡¡¡








Menuda idea chicas¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

