Le tengo terror a los insectos, pero los reptiles me paralizan. De pequeña mi obsesión es que subirían por detrás d ela almohada para cogerme la cabeza

Nunca he pensado ni en mi muerte ni en la de mi hijo.
La oscuridad no me asusta, pero de chiquilla tuve un "accidente" cuando volvía a casa de noche, yo sola. No era ni muy de noche y estaba dos pasos d emi cas. A dos, os lo juro. Y un señor me cogió por detrás y me tapó la boca y me llevó a un descampado

Yo lo superé diciéndome que nadie, jamás de los jamases, me iba a mí a acobardar. Seguí haciendo lo mismo de siempre. Y pensé en aquél hombre mucho tiempo, quién sería, si me conocería o no, e intenté verlo como enfermo, no como monstruo.
Hoy me quedo sola en casa (como ahora mismo) y os juro que jamás pienso en que nadie venga a agredirme. Además está julio para sacar pecho por su madre, como hace desde que está conmigo.
No hay miedo , ninguno que no esté, en realidad, en nuestra propia cabeza.